jueves, 28 de abril de 2011

Round 3: And the Oscar goes to...

Vamos a dejarlo claro: el Madrid ayer no jugó bien. Defendió con cierta solidez, sí, pero no tanta cómo en la final de copa. No hubo salidas claras. Özil no estuvo, di María y Ronaldo estaban frustrados (aún así, fueron de lo mejorcito del Madrid). No estuvo bien. El Barca no estaba cómodo, llegaba, sí, pero escasamente. El partido, francamente, estaba aburridísimo. Nada que ver con el del miércoles pasado, ese sí fue un partido emocionante.

Ya he hablado antes del "anti-fútbol" de Mou. No hay otra manera de ganarle al Barca, un equipo que entre otras cosas, sabe jugar muy bien al fútbol cuando se propone salir de su campo y dejar de hacer ronditos entre Xavi y los centrales.

Casi no atacó el Madrid, a excepción del tiro de Cristiano que Valdés despejó con el pecho.

Lo digo de nuevo: el Madrid no estaba bien.

Ahora bien. El título de la entrada viene por ciertos jugadores del Barca. El primero, el señor Pedro Rodríguez, eterno sobrevalorado. Arbeloa comete obstrucción, le pone el hombro en el pecho, y el mencionado señor se tira al suelo tomándose la cara descaradamente, simulando una agresión que nunca existió. Amarilla para el señor Arbeloa, mientras medio equipo culé se comía al árbitro. Una de tantas. No menciono las de la Copa del Rey porque ya pasó. Otra gran actuación fue la del señor Busquets, que parece que estrena película en cada semifinal de Champions. La pasada, toquecito de Motta (que está cubriendo el balón) en el rostro del señor, y éste que si tira al suelo como si Mike Tyson le hubiera dado un gancho directo. Desde el suelo, tenemos la ya famosa carita de inocente de Busquets, entreabriendo las manos para ver si el árbitro picó. Motta, expulsado. Ayer, Mr. Busi tuvo otra, esta vez con Marcelo. El lateral brasileño del Madrid cubre el balón, con la mano izquierda toca el cuello de la camisa del catalán y ¡oh sorpresa!, Busquets cae fulminado. Mentiroso. Afortunadamente, ésta vez el árbitro no picó.

El Óscar se lo lleva Dani Alves. Analicemos la jugada. Balón suelto, Dani Alves que llega a despejar, aparece Pepe y levanta la pierna para intentar ganar el balón.

Confieso, las primeras veces que vi la jugada pensé que había contacto. Un choque, una pierna levantada. Ayer defendí varias veces que sí era falta, y que era tarjeta amarilla. Amarilla. Stark, ese iluminado, le sacó roja directa. Estábamos todos de acuerdo en que era una falta fuerte que merecía una tarjeta. La roja no era, lo defendieron los jugadores del Madrid, lo dijo Xabi Alonso.

Dani Alves cayó al suelo retorciéndose, gritando, gesticulando, el dolor parecía evidente. Extraño, puesto que más tarde pudimos ver en cámara lenta que NO HAY CONTACTO. PEPE NO LO TOCA. Además, toca balón. Salió en camilla el señor.

Partiendo entonces de que es una jugada rápida en la que dos jugadores van por el balón al mismo tiempo, uno con la plancha, tocan balón y el otro simula una falta. A lo sumo, el árbitro pudo pitar juego peligroso, balón al suelo y tiro libre indirecto. Pero, por supuesto, sacó la tarjetita roja y chau chau el partido.

Rio Ferdinand, un excelente defensor del Manchester United que no tiene ninguna relación con el Madrid o el Barcelona, escribió en su twitter varias frases dedicadas a los culés. En una, aseguraba que si a él algún día lo sacaban del campo en camilla y volvía a entrar al minuto y seguía corriendo, daba luz verde para que le entraran con los dos pies. Le faltó escribir @danialves. Después, denunció, y copio textualmente, que "Es una vergüenza para el fútbol, una broma. En una semifinal de la Champions no se puede actuar así. Lo de ayer fue puro teatro. Cuando Pedro y Alves vean la repetición seguramente piensen: '¿qué estaba haciendo?'". Más claro, imposible.

La expulsión mató el partido, que como dije antes estaba siendo muy aburrido, y terminó de entregárselo al Barca. Así es más fácil. Por cierto, el segundo de Messi es un golazo.

Lo único bueno que sale de esto es que poco a poco va cayendo la imagen falsa que se nos había vendido sobre el Barcelona, su señorío, su humildad y su respeto al rival. El "mésqueunclú" queda retratado frente a los ojos del mundo, simulando agresiones y haciendo trampas para llevarse un partido. La misma pregunta que hacían sobre el planteamiento de Mou la hago yo: ¿vale todo para ganar?

"Ha triunfado el fútbol", dijo Xavi Hernández al finalizar el partido. Hipócrita.

Sigo enojado, lo confieso. Que Pepe haya sido expulsado injustamente no significa que el Madrid merecía ganar. Lo digo otra vez: no jugó bien. Sí, a lo mejor con Pepe en el campo el Barca ganaba igual. O a lo mejor no. A lo mejor quedábamos cero a cero. Nunca sabremos, gracias al teatro de los actores blaugranas y al señor Stark.

Indignación es la palabra adecuada.

Toca ir al Camp Nou la siguiente semana, sin Mou, sin Ramos, y sin Pepe. El Madrid no se rinde nunca. Hay una frase de Juanma Trueba en el encabezado de este blog, que para mí resume los valores del madridismo: ni juego bonito, ni taconazos: sudar sangre. Vamos al Camp Nou, entonces, y dejémonos la piel en el campo para tratar de llegar a la final. Si no se puede, pues no se puede. Pero hay que dejar todo en el césped, sea con teatro, agresiones falsas o árbitros en contra.

Da orgullo ser madridista en días como éste. Estamos con Mou hasta el final.

Hala Madrid

miércoles, 20 de abril de 2011

Round 2: ¡Campeones!



Si un equipo nos saca lágrimas, nos hace sufrir, lo mínimo que le podemos pedir es que le ponga ganas. Ya he dicho esto antes, pero lo repito: los valores del Madrid son la casta, el orgullo y la negativa a rendirse. Alfredo Relaño lo dijo mejor que yo: "Sí, Mourinho lo hizo, y aunque hay que reprocharle bastantes cosas, se puede insistir en un concepto: los viejos valores del Madrid sí están sobre el campo."

Mou alineó a un equipo parecido al del sábado en Mestalla, con la inclusión de Arbeloa en la derecha (dándole paso a Ramos al centro de la defensa, donde en mi opinión rinde mejor), y Mesut Özil arriba por Benzema. Me gustó el once.


Hubo un cambio respecto al sábado en el esquema. Se jugaba casi igual, pero diez metros más adelante. Esto no sólo ahogó más al Barca, sino que dejó que la salida del Madrid empezará más cerca de la portería contraria. Rescato la labor de Pepe y Khedira, inmensos los dos en la recuperación. Xabi Alonso también, pero perdió demasiados balones. No fue el mejor partido del 14.

La primera parte fue totalmente del Madrid. El Barca se desinflaba una vez cruzaba el medio campo, y cada recuperación de balón del Madrid tenía peligro. Un par de llegadas de CR7, unos pases peligrosos de Özil bastaban para meterle el miedo al Barca. Pepe la tuvo, pero su cabezazo bestial se estrelló en el palo. Perdonó el Madrid en la primera parte. Una primera parte en la que el Barca no tiró a puerta. Ni una vez.

El segundo tiempo fue totalmente del Barca. El esfuerzo físico de la primera parte se notó, Alves se atrevió a subir por la derecha y el Madrid sufrió. Surgió la figura del capitán. El Santo. Bárbaro Iker con las paradas a Messi, Iniesta y sobre todo a Pedro. ¿Alguien duda quién es el mejor portero del mundo? Apretó el Barca, el Madrid retrocedió líneas y no pudo salir. Innumerables pelotazos sin sentido fue la única respuesta de los blancos durante buena parte del segundo tiempo. Aún así, la tuvo el Madrid al minuto 89. Derechazo venenoso de di María que iba directo al ángulo, pero -todo hay que decirlo- la mano de Pinto fue espectacular.

Final de los noventa minutos y tocaba prórroga. Admito que temí. El segundo tiempo evidenció que el Madrid ya se quedaba sin piernas. Me tranquilizó la imagen del equipo entero abrazado, escuchando atentamente a Mou.


Tal vez erré al temer. Puede ser que muchos de los jugadores madridistas estuvieran cansados, pero había uno que estaba más fuerte que todos. Cristiano Ronaldo. Avisó con una carrera de cuarenta metros que terminó en un remate que pasó lamiendo el poste de Pinto. Luego, pasó lo que pasó.

Robo de Pepe en el centro del campo. Balón para Marcelo. Marcelo abre a di María, que se la regresa al brasileño. Pared fantástica. Di María que llega como un tren de mercancías al balón y levanta un centro medido.  Aparece en el segundo palo un ángel. Entre Juanito y Raúl levantaron por el cielo al heredero de su número, que parece que remató con la cabeza pero en realidad le pegó con el corazón. Qué cabezazo, por Dios. Golazo de Cristiano Ronaldo, el 7 del Madrid.

Con lágrimas en los ojos y caminando de lado al lado vi el resto de la prórroga. Un quiero y no puedo del Barca y un saber estar del Madrid. Pitido final.

El Madrid, Campeón de la Copa del Rey.


Levanta la Copa nuestro capitán y símbolo. Qué falta que nos hacía una alegría así. El Madrid de Mou se lleva su primer título ante su máximo rival.

Repito: el Madrid es casta. Pasión. Gracias a Iker, Arbeloa, Ramos -¡inmenso, torero!-, Carvalho, Marcelo, Pepe, Khedira, Alonso, Cristiano, Mesut, Ángel, Manolito, Granero y Garay. Gracias, Mou.

Va por todos los que soñamos, lloramos y sufrimos con el Madrid. Y va también a otro eterno. Raúl, esta Copa también es tuya.



¡Hala Madrid!

PD: Mientras escribo esto, el Madrid se aproxima a Cibeles. Daría mi riñón por ir. ¡Madrid Campeón!


sábado, 16 de abril de 2011

Primer Round

Pasó el primer Clásico y no cambia las cosas en Liga, pero sí para la final de Copa.

No ganó el Madrid, aunque lo mereció. El empate nos sabe bien porque se ganó con casta, coraje y valentía, tres valores que deberían estar escritos en el escudo. El Madrid de verdad poco tiene que ver con estrellas, focos, atención mediática y regates. El Madrid de verdad es el que sufre. El que suda sangre para conseguir un resultado. Ese es el Madrid que queremos.

El esquema de Mou funcionó muy bien. Poner a Pepe entre Xabi y Khedira sofocó al Barca, que aparentemente tenía terror de perder un balón. No estuvo cómodo el Barca y sí lo estuvo el Madrid, buscando las salidas rápidas y esas contras mortales.

Quiero aclarar algo. Mucho se ha hablado sobre el "anti-fútbol" que propusó Mou con su once inicial. Sí, el Madrid salió a defenderse y no le importó no tener el balón. Pero ahora bien. El partido se hizo tan aburrido con esas posesiones eternas del Barca por culpa del mismo Barca. Hacer doscientos pases entre Piqué, Puyol, Busquets y Xavi no es buen fútbol, ni es ese fútbol virtuosista que los culés insisten es la única manera de jugar. El Barca no se atrevió a salir. Claro, lo intentó algunas veces y hasta lo consiguió en el primer tiempo, con dos llegadas claras. La primera, un buen balón de Iniesta para Messi que humildemente trató de globear a Casillas. Más de Messi en unos párrafos. El siguiente, la jugada del penalti a Villa. Jugada calcada a  la de Cristiano y Valdés el 29 de noviembre, por cierto, cuando iba arriba el Barca 2-0 y Valdés tenía una amarilla. De todas maneras, creo que sí era penalti. El error fue de Villa al buscar empezar a tirarse antes de que Iker chocara contra él. Casi lo empezó a reclamar antes del contacto. Supongo que por eso Muñiz no se lo creyó.

El Madrid, en cambio, salía rápido y siempre buscando a Cristiano, que no estuvo genial pero sí hizo un buen partido. Los que estuvieron nefastos fueron sus compañeros de ataque, di María y Benzema. Karim apenas y jugó. Ángel sí que tuvo contacto con la pelota, pero se precipitó demasiado y casi cada decisión que hizo fue errada. Mal los dos.

La más clara del primer tiempo fue del Madrid, con ese cabezazo de Cristiano que Adriano -de muy buen partido- sacó en la línea. El medio tiempo nos dio un rato para empezar a creer que sí, que se le podía ganar al Barca.

Ocho minutos fueron suficientes para quitarnos el sueño. Balón largo para Villa y Albiol que la deja picar, queda mal parado y agarra clarísimamente al delantero culé dentro del área. Penalti claro. La expulsión, también, aunque no creo que si Muñiz saca amarilla se hubieran enojado muchos culés. Lo metió Messi.

Mou reaccionó rápido. Adentro Özil y Adebayor. Manolito estuvo francamente mal. Mal en los controles, en la conducción. Mesut sí que estuvo bien y le enseñó a Mourinho quién debe ser titular en al final de Copa. El Barca trató de dormir el partido, y lo consiguió hasta el minuto 70, cuando el Madrid se decidió a ir a buscarlo.

El mejor del partido fue Pepe. Espectacular en la recuperación, en ponerle ganas, en correr a los jugadores culés por todo el campo. Secó a Messi y no dejó que le Barca jugara. Pepe, así, sin salidas de tono ni peladas de cables, es un inmenso jugador.

Se dice que jugás mejor con diez. No sé si mejor, pero por lo menos con más ganas. El Madrid estuvo cerca del empate hasta que llegó el penal de Alves sobre Marcelo. Lo buscó bien el madridista, esperando la barrida de su compatriota y chocando. Este penal también fue claro. Lo convirtió Cristiano, que por fin le marca al Barca. Excelente noticia.

El gol le quitó la cordura al partido. Ida y vuelta, llegadas de ambos equipo con peligro. Agradezco que Villa haya estado terrible hoy, porque tuvo varias. El Madrid tuvo alguna que otra, pero la más clara llegó en una gran conducción de Özil que aguantó a Keita y abrió para Manolito, que centró atrás. Lástima que fue Khedira el que recibió. El alemán se acomodó y sacó un disparo durísimo, pero fue al centro. Paró bien Valdés.

Terminó el partido. La Liga ya estaba perdida, lo sabíamos desde antes. Este partido era importante en cuanto al orgullo y el efecto psicológico en los próximos tres que nos faltan. El Madrid no ganó el partido, pero sí ganó en moral. Eso es importante.

Nota aparte para Lionel Messi. Es una vergüenza que un jugador profesional haga algo así. Agredir a la afición rival, tirarle un pelotazo a la grada donde hay niños y ancianos es cobarde. Pocas veces me había enojado así con Messi, que hasta hoy me caía bien. Merece una sanción ejemplar, un perdón público del argentino y que se nos quite ya esa falsa imagen que nos venden tanto de que el Barca es todo humildad y respeto al rival. Si llega a ser Cristiano el que hace eso en el Camp Nou, lo crucifican. Messi, no digo te pasaste. Digo que sos un descerebrado violento.

Y también respondo a las palabras de Xavi Hernández después del partido, "El Madrid no ha querido jugar, solo con balones largos". Está claro que los culés piensan que la única forma de jugar es como juegan ellos, pero hoy tenemos números para decirle a Xavi que está equivocado. El Barca tuvó más posesión, pero el Madrid tuvo más jugadas de ataque, más tiros de esquina y más disparos. ¡Jugando con diez! Xavi, no seas mentiroso.

Nos quedan tres Clásicos. Nos queda ver si la inyección de moral de hoy es suficiente para hacer otro gran partido en Mestalla y llevarnos el primer título.

Gracias, Madrid, por dejarse todo en el campo. Eso es madridismo.

domingo, 10 de abril de 2011

¿Tirar la Liga?


Me parece que nunca saldremos de dudas. ¿Tiraba Mourinho la Liga con el once que se presentó en San Mamés? ¿Eran rotaciones para White Hart Lane? ¿Esperaba Mou un partido tan serio de sus jugadores?

Opino que Mou planteó el partido para ganarlo. Me remito a varias pruebas: el tridente defensivo Albiol-Garay-Pepe aisló completamente a Fernando Llorente (y eso es aislar a medio Athletic); los jugadores mostraron una intensidad que niega la hipótesis de que jugaran para pasar el tiempo; y el soberbio partido del mediocampo.

Ahora bien. No niego que Mou sabe que la Liga está prácticamente perdida. Y la alineación lo demostró. No nos engañemos. Si el Madrid se jugara la Liga, no hubieran estado jugando de inicio Garay, Granero, Higuaín y Kaká. Ni con Pepe de mediocentro. Pero funcionó. Y muy bien. Segurísimo atrás, la línea de cuatro se convertía en línea de cinco cuando Pepe se metía entre Albiol y Garay. Sólido.

El Athletic me decepcionó. Propuso un partido mediocre. Defensa adelantada y balones a Llorente. Poco más tuvieron los Leones en San Mamés. Alguna que otra escapada de Muniain, pero poco.

El Madrid, en cambio, hizo un partido inteligente. Aguantar. Desquiciar. Y salir como balas. Sorprendemente, el que mejor entendió este concepto fue el señor Ricardo Kaká. Varias veces he comentado al aire lo mal que me ha caído Kaká desde su lesión y sus vacaciones post mundialistas.

Qué decir de Kaká. Hizo un muy buen partido. No por el doblete (ambos de penal y ambos provocados por otro jugador), sino por su trabajo entre líneas, buscando siempre una buena salida de balón, dando opciones, creando fútbol. Muy bien Kaká. Es su tercer partido bueno en el Madrid, si no estoy mal. Camp Nou la temporada pasada, Real Sociedad este año y San Mamés. Tres buenos partidos. El resto, mediocres o ausente por lesión. Señor Kaká, vaya a robarle usted nueve millones de euros a Abramovich. O al Jeque. Pero ya no más al Madrid.

Regresando al partido, parece obligatorio hablar de los penales sobre Ángel di María. El que se atreva a decir que el primero no es penal clarísimo es porque está ciego. O se apellida Mascaró. El segundo no es tan claro, pero me parece que es indiscutible que es penal. Castillo pone el cuerpo para evitar que pase di María. Eso es penal en Bilbao y en el Mateo Flores. Siete penales ha provocado Ángel di María esta temporada. Reto a cualquiera a que me demuestre que se haya tirado en alguno de ellos. Gran fichaje el del Fideo.

Al Pipa lo vi falto de ritmo. Paciencia, Gonzalo. Te faltan 3 partidos para volver a sentirte como el crack que sos.

Gran partido de Granero. Sobre todo cuando dejó el centro del campo y pasó a jugar por la derecha. Suyo fue el gran pase para Cristiano en el tercer gol. Golazo de Cris. Gran noticia que se reencuentre con el gol.

En fin. Que el Madrid apareció en Bilbao con un once plagado de suplentes y completo un partidazo. Serio, seguro, escogiendo bien el momento para atacar y neutralizando el peligro del rival.

Es bueno que los suplentes hagan un partido así, especialmente en un ambiente hostil como San Mamés. Se nos viene encima lo más difícil de la temporada, y necesitamos a todos al cien por cien. Esto no ha acabado.

Sabias palabras de Karanka en la rueda de prensa antes del partido. "He jugado cinco años en este club y lo cierto es que ningún jugador o entrenador que ha pasado por aquí se ha rendido mientras haya tenido posibilidades". Eso es madridismo.

martes, 5 de abril de 2011

Éste es el Madrid



Al decir noche Champions, nos referíamos exactamente a lo que se vivió hoy en el Bernabéu. Hermosa pancarta en el lateral de la Castellana, banderas blancas, pasión, ánimos constantes. Y lo más importante: un equipo que responde.

Salió el Madrid con ganas. Ya ganaba a los cuatro minutos. Se elevó Adebayor por los aires, conectó un cabezazo y entre Modric y Gomes entró. 1-0. El Bernabéu ni había lanzado su tradicional órdago a Juanito y el Madrid ya estaba por delante en un partido de cuartos de final de la Uefa Champions League.

Tres minutos después, Crouch barría violentamente a Ramos en una acción sin sentido, merecedora de amarilla. Duraría siete minutos más el Espárrago. La segunda amarilla fue una estupidez. Así definió Redknapp la barrida ridícula del gigantón sobre Marcelo, que lo vio venir, lo esperó, sintió el contacto y apretó los puños en celebración desde el suelo.

Hasta entonces, poco habíamos visto del Tottenham. Casi no pudimos ver nada. Sin Lennon, atemorizado por ese Bernabéu intimidante (le dijo a Redknapp en el calentamiento que no tenía energía para jugar), el Tottenham se encomendó a Bale. Una pena la expulsión. Justísima, sí, pero cambió radicalmente un partido que pintaba muy bonito.

El Madrid, en ventaja en el marcador y en número de efectivos, se tranquilizó. Aún así, fue un primer tiempo con un Tottenham totalmente metido atrás, con Van der Vaart más ocupado en reclamar que en jugar (Rafa, qué lástima que tu regreso haya sido así). El Bernabéu apoyó más que nunca a un equipo que se veía sorprendido por lo fácil que el Tottenham lo dejaba llegar. El Madrid se esperaba a un rival que dejara más espacios, que se atreviera a atacar, pero la expulsión obligó a los ingleses a refugiarse atrás y esperar el milagro. Le costó al Madrid adaptarse a este juego. Tan así, que llegamos al final de la pimera mitad con un resultado corto.

El Madrid salió del vestuario dispuesto a sentenciar la eliminatoria, sabiendo que enfrente tenían a un rival jugando a lo que menos sabe, defenderse. Poco tardó en llegar el segundo gol que terminó de liberar al Madrid y de hundir al Tottenham. Gran centro de Marcelo, cabezazo inapelable de Don Manuel y dos a cero.

Surgió entonces la figura de Xabier Alonso. Lo digo claro: el mejor mediocentro que ha tenido el Real Madrid desde Fernando Redondo. Bestial. Lección magistral de colocación, anticipación, pase largo, sentido táctico. El Mariscal. Este equipo depende de la figura del 14.

Otro pilar del equipo: Marcelo. De él ya escribí antes. Poco qué decir. Lo digo convencido: no hay mejor lateral izquierdo en Europa. Algunos le empatan. Su alegría, sus regates espectaculares, sus balones al centro y su electricidad dotaron al Madrid de muchas opciones en ataque y marearon tanto a Corluka que se tvo que retirar lesionado.

Regresando a Xabi Alonso, fue él el que recuperó un balón en tres cuartos de cancha con una barrida que se anticipaba a Modric, luego cedió de cabeza el balón para Özil, que abrió a Di María. El Fideo acomodó y mandó un riflazo al ángulo. Golazo. El gol de la jornada, con permiso de Stankovic.

Tres a cero y el Madrid mandaba. El Bernabéu se derretía en olés y proclamas de que así, así, así gana el Madrid. Llegó la ovación de la noche: se retiraba Adebayor. Doblete, ganas, referencia. Por algo quería un nueve Mou. "Manolito, oé". El Bernabéu se cayó a los pies del héroe de la noche. Entró un Pipita al que todavía le falta ritmo, pero que sin duda volvera  a meter goles. Paciencia, Gonzalo.

Faltaría más. Entró Kaká al campo en el último cambio (antes había entrado Lass por Khedira). Creo que el Bernabéu ya no cree en Ricardo. Yo tampoco. Sin embargo, algo bueno recuperó el brasileño en la asistencia para el cuarto gol, un pase alto medido al pie de un Cristiano que enganchó una volea potentísima que no logró desviar Gomes. Cuatro a cero. Un Cristiano que tuvo un gesto enorme inmediatamente al finalizar el partido, cuando al ser entrevistado por TVE fue a buscar a Manolito Adebayor, porque "él es el hombre del partido". Prepotencia al cien, ¿no?

Al Tottenham queda agradecerle las buenas intenciones. Quién sabe qué hubiera pasado si Crouch hubiera sido más consciente. También hay que agradecerle el gusto de ver a Gareth Bale. Ayer lo definí como una bestia. Hoy, fue el único rescatable de su equipo, llegando a ganarle algunas carreras a Ramos (que salvo contadas excepciones, aguantó bien la amenaza del galés, que decían que se lo iba a comer), y crear la oportunidad más clara de su equipo. Es un jugadorazo.

Queda claro: un Bernabéu que se entrega a sus jugadores los hace mejores. Hay que recuperar el miedo escénico. El estadio blanco lo gritó hoy. Europa, el Madrid ha vuelto.

PD: Mención aparte para Raúl González. Hay que ponerse de pie. 70 goles en Champions, 33 años y hoy corrió más que ningún otro. Leyenda. Eterno capitán.

lunes, 4 de abril de 2011

Queremos una noche de Champions


Mañana, a las 12:45 de la tarde, el Madrid juega los cuartos de final de la Uefa Champions League.

Palabras oxidadas. Normal, llevo siete años sin decirlas. ¡Y qué orgullo decirlo otra vez!

El Bernabéu debe reconocerlo así brindándole a los jugadores una noche europea de las de verdad. Que el estadio estará lleno hasta la bandera es lógico. Pero ochenta y cinco mil personas no pesan si sus gargantas no están unidas.

Parece que sí juegan Cristiano y Marcelo, aunque queda descartado Benzemá (¡maldito virus Fifa!). ¿Arriesgará Mou? Espero que sí. Es el partido más importante de la temporada, y no podemos arriesgar a jugar sin dos de los mejores jugadores del equipo. Es una verdadera lástima que no podamos contar con Karim. Sin embargo, ahí estará Manolito, cuya falta de puntería me preocupa, pero no tanto. Más preocupante sería que no tirara.

Acompañando a Manolito estarán Cristiano, Özil y di María.

Ese tridente de mediapuntas me da mucha, mucha seguridad.

Ángel di María, cuando juega arropado por el equipo y por la derecha, es desequilibrante, asistente, y peligrosísimo en el uno contra uno.

Mesut Özil tiene que estar inspirado. Si el alemán juega bien, es de los mejores enganches del mundo. Su zurda tiene que deleitar al Bernabéu.

Hablar de lo que ofrece Cristiano al equipo no es necesario. Quiero recalcar algo: el pánico que un equipo inglés debe sentir al ver enfrente a uno de los jugadores que fue pesadilla de todos sus rivales hace un par de años. Ese peso, ese respeto que se le tiene a Cristiano en Inglaterra es una baza importantísima.

El centro del campo, el binomio Alonso-Khedira es clave. La importancia que tiene Xabier en el Madrid no puede medirse. No sólo es él el que maneja los tiempos, recupera los balones y organiza los movimientos de los compañeros, es también el mariscal. El capitán es Iker Casillas, sin duda, pero el jugador de campo que más manda es Xabi Alonso. El alma del Madrid.

Khedira tendrá que hacer nuevamente esa labor oscura que tanto le gusta a Mou: recorrer doce kilómetros, recuperar balones, dárselos a Alonso o a Ramos en banda. Sami esto lo hace bien.

La defensa debe ser sólida y calmada. Nadie representa mejor estos conceptos que Ricardo Carvalho. Veteranísimo, experimentado, conoce el fútbol inglés perfectamente. Será el defensor más importante, especialmente si tiene que marcar con sus ciento ochenta y tres centímetros los doscientos de Peter Crouch.

Pepe. Qué decir de Pepe. Centrado, es un central excelso. Ya no quiero más salidas de tono, ni patadas, ni agresiones.

Ramos tendrá que subir poco. Centrarse en defender, estar sobrio atrás y atento en las ayudas cuando Pepe persiga a su hombre al centro del campo.

Marcelo es la clave del partido. Su sociedad con Cristiano por la banda izquierda es necesaria para sorprender. Sumado a su facilidad para irse de los rivales, Marcelo ahora tiene un delantero alto a quien buscar con centros por alto, no es tan necesario buscar la línea de fondo. Será clave que sus centros encuentren la cabeza de Adebayor.

Iker, a vos te hablo directamente. Paralo todo, por favor.

No debemos olvidar que enfrente hay un equipazo. El Tottenham tendrá poco nombre, pero su once titular es magnífico. El dúo que forman Luka Modric y Rafa van der Vaart (ay, Rafa, lo que daría por tenerte a vos y no a Kaká en el banco) es espectacular. Peter Crouch es un jugador que siempre me ha sorprendido. Espigado, delgado, no entiendo como hace para luchar tan bien contra los centrales y ganar los balones por bajo. Un peligro constante. Aaron Lennon es una bala por la derecha que Marcelo tendrá que frenar con la ayuda de los relevos de Xabi Alonso. Y por la izquierda, Gareth Bale. Es una bestia. Rapidísimo, parece extremo, lateral y delantero al mismo tiempo. Letal. Por él decía que Ramos no puede subir tanto. Khedira también será clave en frenar al galés. El Tottenham viene feliz, ve el partido como un regalo. Lo dijo Mou: "Es un equipo feliz, y eso me preocupa."

La competición europea es el hábitat natural del Madrid. Llegar a cuartos no es suficiente. Los jugadores, el entrenador, el rival y la afición lo sabe.

No es suficiente que lo griten los ochenta y cinco mil que abarrotarán el Bernabéu. Los millones de madridistas tenemos que gritarlo: ¡Hala Madrid!

Preciadazo



Resulta que sí, que nuestras dudas y preocupaciones en cuanto al Sporting eran acertadas. No funcionó el Madrid, no funcionó el trivote Lass-Sami-Granero, no funcionó Özil, no funcionó Adebayor. Y funcionó -vaya que sí- el Real Sporting de Gijón.

Agradecemos muchísimo que un club humilde como el Sporting haya llegado al Bernabéu con toda la intención de luchar por los tres puntos (que los haya conseguido ya no es tan bonito). Esto es señorío y deportivismo, señor Pellegrini. Mucha falta le hace a esta liga escocesa equipos que se crean que pueden sacar puntos contra el Madrid y el Barcelona.

Ahora bien, vamos al partido.

El Sporting se presentó con un mediocampo pobladísimo, únicamente con Barral en punta -tocó tres o cuatro balones en todo el partido, pero se esforzó muchísimo-, y De las Cuevas un poco más suelto para tratar de llevar una contra.

El Madrid salió con la alineación que dimos, ese 4-3-3 con Casillas en la portería, Ramos y Arbeloa los laterales, Albiol y Carvalho -ya se ve que Mou no se fía de las constantes lesiones de Pepe-; un mediocampo inédito entre Lass, Khedira y Granero; y arriba los tres disponibles, Özil, Di María y Manolito.

Varias cosas se habían conjuntado para hacer este partido aún más difícil: se jugaba tres días después de la maldita fecha Fifa, con lo que eso significa (Benzemá y Marcelo descartados), no jugaba Xabi Alonso -no se puede medir lo importante que es tolosarra para el Madrid-, y Cristiano seguía convaleciente. Cinco jugadores titularísimos fuera, casi medio equipo.

No debería ser excusa, pero sin embargo importa.

No funcionó en el primer tiempo el Madrid. Si no están cinco de tus mejores jugadores y encima de todo el mejor que tenés en la cancha no hace un buen partido, los problemas están asegurados. No estuvo bien Mesut Özil (al que vi bronceado, a lo mejor fue mi televisión...), y se notó mucho.

El Madrid dependió en exceso de Ángel di María, que es muchas cosas pero no un generador de fútbol. Excesivamente individualista, ayer el Fideo pareció la peor versión de Cristiano Ronaldo, disparando sin parar y sin pensar. Aún así, fue el mejor de un primer tiempo en el que no vimos ni una llegada importante del Sporting.

Esperaba que Mou cambiara al equipo al medio tiempo, quizás darle entrada a Canales al once y sacrificar uno de los tres centrocampistas, pero Don José no quiso. Confió en el mismo equipo para el segundo tiempo, y los primeros minutos parecieron darle la razón.

Diez minutos tardó Mou en hacer el primer cambio, sacando a un Granero desacertado para darle entrada a uno de los ídolos del Bernabéu: Gonzalo Higuaín.

Con Granero hay que tener paciencia. Se ve que no está listo para aguantar el peso de la creación de juego del Madrid el sólo -y digo lo de sólo por el discreto partido de Mesut Özil-. Granero funciona muy bien si lo acompaña Xabi Alonso.

Regresó el Pipa, entonces. Rugió el Bernabéu. ¡Qué gusto volver a verte jugar, Gonzalo! Tuvo una a los pocos minutos de entrar, pero su disparo al pase de di María lo repelió Juan Pablo.

Esperábamos todos que llegara le primer gol del Madrid para poder pensar en el Tottenham, pero no fue así. Tanto se tardó, que el Sporting marcó. Una gran contra llevada por Nacho Cases (gran partido del canterano) fue culminada por Miguel Ángel de las Cuevas con un disparo ajustadísimo al palo derecho de Iker. Era el minuto 79.

Recuerdo que yo me repetía una y otra vez "Sólo el Madrid es capaz de remontar esto, sólo el Madrid es capaz", pero mi cábala no tuvo resultado. Llegó el Madrid, con mas prisa y furia que orden y creatividad, pero llegó. Y muy cerca estuvo Adebayor de empatar, después Khedira, después Higuaín. No pasó ningún remate. O era la mano de Juan Pablo o la pierna de un defensa, pero no se pudo.

Final, entonces. El Madrid sabía lo que significaba la derrota: adiós a la Liga. Se vio en las caras de los jugadores, a los que Mou saludó uno a uno antes de salir del campo en reconocimiento al esfuerzo y la garra que pusieron en los últimos minutos.

Luego, gesto inmenso del entrenador del Madrid, que entró al vestuario del visitante -dónde algunos de los jugadores hasta lloraban de la felicidad- y saludó y felicitó a cada uno de los jugadores rivales que le acababan de arrancar el título y el récord más inverosímil que he visto: 9 años sin perder en casa en Liga.

Muy bien por el Sporting, y por Preciado, que se manejó bien y evitó polémicas luego de las canalladas del partido de la primera vuelta en el Molinón.

Mal el Madrid. Mal. Rescato a Lass, di María y a Sergio Ramos.

No nos queda más que concentrarnos en Champions, y en esa final de Copa del 20 de abril.

No me van a negar que sacar esos dos títulos sería una temporada magnífica.

En fin.

Hala Madrid.